Pués allá por el año 1974 mi gran amigo Pedro Santana o Pedro el Bigotuo como se le conoce, y con
edad de 15 años, se trasladó de Las Palmas capital a la zona Sur de Maspalomas.
Por aquel entonces, surfeaba a la playa del Faro de Maspalomas junto con otra persona, llamada
George que era director del hotel Ibarra Don Miguel y provenía de Alemania.
Eran simplemente dos personas las que siempre había en el agua y cuando se daban condiciones
buenas, venían a lo mejor entre 10-15 personas que bajaban desde Las Palmas.
Muchos eran amigos y hacían casetas donde pasaban el fin de semana, traían sus Volkswagen y
hacían asaderos y parrandas después de sus días de surfing.
Para entrar a surfear tenían que sortear los numerosos palomares que allí se encontraban hasta
llegar a un muro enorme de contención, que saltaban hasta llegar al mar.
En aquella época comenta Pedro que el Farero aún estaba activo y que siempre les echaba la bronca
por acceder por esa zona ya que eran terrenos privados, cosa que a ellos no les impedía para
traspasar y llegar a la zona de la playa por donde querían surfear.
Al otro lado del Faro, se encontraba una fonda donde tenían aparejos de pesca y un palomar, y la
Casa de Lola que fue durante muchos años un restaurante donde se reunían los surfers para pasar
el día, comiendo pescadito fresco, tomando sus cervecitas, etc.
A raíz de pasar tanto tiempo allí, Pedro ya dejaba todo su material, tablas y trajes en Casa Lola que
era donde pasaba más tiempo cuando estaba en el Faro de Maspalomas.
Era una época donde surfear era muy espiritual, era un estilo de vida muy puro ya que lo único que
importaba era surfear y pasar buenos ratos entre familia y amigos.
Cuando se mudó a Maspalomas, Pedro tenía un amigo con quien surfeaba, y el tío de este chico que
era arquitecto, les fabricaba tablas de chapa marina y pasaron a las de corcho poco a poco.
De amarradera usaban las cuerdas de las hamacas con un calcetín que ataban a la tabla, que no
siempre funcionaba ya que los tirones de la ola o te hacían daño en el pie, o se soltaba y tenías que
salir nadando a buscar tu tabla.
Eran unos años en los que conseguir material era muy difícil, con lo que quien suministraba a Pedro
y amigos eran los mismos turistas que venían a surfear a la isla con sus tablas, que antes de
marcharse vendían.
Durante la temporada de invierno, solían hacer acampadas en La Junquera que era donde se
reunían todos los surferos y hippies haciendo casetas de cañizo y telas.
Venían también extranjeros provenientes de Inglaterra como el dueño de la marca SEAGUL, Richie
Cooper que también hacía tablas, gente de TRISURFBOARD, que se quedaban unos 4-5 meses del
invierno.
En el año 76 en la zona de las dunas de Maspalomas, conoce a Bez Newton, pionero del surf y
conocido también por publicar filmaciones de surf en super8 de sus estancias por Gran Canaria y
Tenerife.
Hacen amistad compartiendo muchos momentos juntos, tanto en Maspalomas como Arguineguin y
además solían celebrar las navidades en sus Volkswagens que aparcaban en un solar en lo que
ahora es el hotel RIU Palace Maspalomas, que era donde se dejaban escombros de las obras que en
esos años se llevaban a cabo en la zona.
Y muchos hacían sus casetas entre duna y duna en la zona de la punta de Maspalomas para surfear
temprano y disfrutar del día de playa.
A Pedro siempre le encantó el Faro que es donde más tiempo pasaba, ya que las olas eran de más
calidad y más consistencia tenían.
Ya por los años 80, comenta Pedro que hubo un boom, y que ya mucha gente fue apareciendo como
David El Fula, Santi El Pelu, Ancor el Enano, Jorge el Hena y muchos otros que marcaron la segunda
generación de surfers de Maspalomas.
Y ya a finales de los 80, apareció un chaval que marcaría junto con otros la tercera generación de
surfers en Maspalomas, su nombre Daniel Ortega “Platts”, o lo que es lo mismo, el que redacta el
documento aquí escrito.
Pero eso ya es otra historia…..